Testimonios

Graciela Marcellino

“No se puede sino que agradecer por el don recibido. Y yo por los tantos dones estoy agradecida al Señor. Recuerdo, Jesús cuando comencé a buscarte, y tú te dejaste encontrar. Estabas en mi corazón, en la Iglesia, en el Movimiento Apostólico. Fue justamente así que esta búsqueda comenzó dentro de mi corazón. Te buscaba Jesús, tu voluntad ,tu Amor infinito”.

Empujada por estos deseos, un dia (Sabado de noviembre de 1997), haciendo un gran esfuerzo de voluntad, fui a mi parroquia, escuché la Santa misa, me nutrí con Jesús y senti mucha paz dentro mío. Había la catequesis despues de la misa impartida por el parroco, D. Luciano Palombo. Participaba activamente. El primer contacto con el Movimiento Apostólico, a la vez que con otros integrantes de mi parroquia, de los cuales recibí su calurosa amistad; fue a través del períodico homónimo que apreciaba la profundidad, la riqueza de contenidos, la belleza del meditar”.

“Tenía tanta sed de ti Jesús, y no podías mas que conducirme allí donde yo podía encontrar el agua viva que se transformase en manantial que fluye por la Vida Eterna. Despúes de un par de encuentros de espiritualidad del Movimiento, al que había participado en mi parroquia, finalmente pude acudir a los encuentros del lunes. Vi por primera vez a la sra. María Marino, Inspiradora y Fundadora del Movimiento Apostólico. Me impactó su medolia. Sentí que venía de Cielo. Frecuentando estos encuentros, bien rapido comprendí que a traves de la sra. María el Señor me hablaba a mi corazón, y que al escuchar sus palabras de exhortación, me cambiaba, me transformaba. A través de ella Jesús me perfeccionaba, me reconfortaba, me alentaba, me consolaba y sobre todo me guiaba haciendome comprender lo que era grato a El y lo que no lo era. Y así, en cada encuentro de espiritualidad, y en la catequesis impartida por el teólogo Mons. Constantino di Bruno, Asistente Central del Movimiento Apostólico, siempre agregaba un cosa más a mi vida”.

“ Jesús ha experimentado que si un hombre recoge su Palabra, su Amor realiza grandes cosas: los ciegos adquieren la vista, los paraliticos caminan, los leprosos son sanados, los sordos oyen. Tu haces maravillas en los corazones, das color y sabor a cada cosa. Mi atención se dirigía hacia los otros. No más solamente a mis problemas, a mis preocupaciones, a mis sufrimientos. Pero mi deseo era indicarle a otros el Camino, aquel de la Verdad, de la Vida que había encontrado y conduce a la salvación que conduce al Cielo”.

“Ese Cielo del cual estaba enamorada y que vive con nosotros en esta tierra. Entretanto en mi parroquia, con gran alegría me inserté como catequista, y mi participación en la vida comunitaria se hacía cada vez más intensa. Conprendía que Jesús me pedía mucho más, -todo-, y simultaneamente nacío en mi un anhelo de mayor santidad. Sostenida por los Sacramentos, la Comunion diaria y la Confesion, con el auxilio de la oración, sobre todo el rezar con devocion el Santo Rosario dedicado a la Virgen María Madre de la Redención, y en el díalogo con mi padre espiritual comencé a pensar en consagrarme a Jesús. Este pensamiento me hacía más feliz y no existía otro proyecto para mí que me procurase mayor felicidad”.

“ 26 de febrero del 2006, despúes de algunos años, este pensamiento se convirtío en realidad. Jesús, pienso frecuentemente cuando comenzó este maravilloso camino. Todas las cosas cambiaron en mi vida, menos una. tengo necesidad de Ti Jesús, siempre. Agradezco a Dios, Padre, Hijo y Espíritu santo; la Virgen María, Madre de la Redención, que nos ha llamado a recordar al mundo la Palabra de su Hijo; a mi Angel Custodio, todos los Angeles y Santos. Invoco su auxilio para sostenerme en este camino”.

“Y junto al Cielo, agradezco a todos los que por su SI al Señor, que me han ayudado a crecer, me han sostenido y han tenido confianza en mi: particularmente este pensamiento está en:

-La sra. María que ha tenido siempre junto a mi corazón, aún en momentos de sufrimiento, de humillación, delución, que no han faltad en estos años. Por su gran Amor a Jesús y por Jesús mismo.

-A Mons. Constantino, por su disponibilidad y amabilidad. Con su santidad y autoridad infunde seguridad a quien lo escucha, dando credibilidad a la Palabra del Señor.

-A Don Luciano Palombo, mi parroco y guía espiritual, que me ha acompañado a lo largo de todo este camino, por su compromiso y dedicacíon.

-A la sra. Cettina Marraffa, Presidenta del Movimiento Apostólico por todo lo que hace por nostros con celo y tanto amor, por su simpatía y alegría contagiosa.

-A todos los sacerdotes que viven en la espiritualidad del Movimiento Apostólico, comprometidos en nuestra formación.

-A todos los simpatizantes del Movimiento Apostólico.

-Que la Vigen María Madre de la Redención, con su Amor materno, envuelva en un abrazo a todos nosotros. “Haz Señor Jesús que pueda responder siempre a Tu llamado a través de este don, Tu puedes entrar dentro del corazón de cada hombre, con Tu Gracia y verdad, llevando la salvación al mundo entero”.

Paula Scutífero

Doy gracias a Nuestro Señor por las maravillas que hace en mi vida, todo lo que soy y realizo por el bien de su obra, Don de su Amor.

“Venid y ved”: así comenzó mi camino de conversión. En la parroquia se desarrollaba un encuentro de espiritualidad del Movimiento Apostólico y fui invitada por el parroco, Don Luciano Palombo a participar. Piensen que el buen Pastor conoce a sus ovejas, sabe de que cosa tienen nececidad y lo acepta con entusiasmo. Aquel dia fui transformada en mi esencia y mi vida comenzó a cambiar. Al escuchar las palabras de exhortación proferidas por la Inspiradora- Fundadora del Movimiento, sra. María Marino, reconocí la voz del Espíritu Santo que hablaba y fue desde aquél momento que elegí a Jeús como Maestro para seguir. Por la gracia del Espíritu Santo fui introducida dentro de la Palabra, en el Amor Eterno del Padre, y como los discípulos de Emmaus mi corazón comenzó a arder, siendo invadido por una paz enorme. La fe perfecta de la sra. María hizo nacer en mí el deseo de vivir el Evangelio y a la vez el Evangelio, la catequesis y los encuentros de espiritualidad del Movimiento Apostólico, se transformaron en el manantial al cual beber para crecer en el conocimiento perfecto de Dios. Jesús y su Madre entraron a formar parte de mis pensamientos y en la fe tome como vocación mi mision de anuncio y testimonio del Evangelio, confiada en la Virgen María Madre de la Redención.Señor, que tu sierva te escucha”. Seguí este consejo y la respuesta no tardó en llegar. Comprendí con gran alegría que Jesús me invitaba a un camino directo, y continué a orar con más frecuencia para no correr el riesgo de atribuirle un pensamiento propio que no fuese el de su voluntad. Unos meses despúes, confie todo a Don Luciano, que me aconsejó de continuar a cuidar el brote que anidó en mi corazón: “si es voluntad de Dios, florecerá”. A lo largo de estos años, he respondido con amor y celo siempre renovados, abonándola y regandola con esmero, escuchando la Palabra, nutriendome con la Eucaristía, con la oracion, así como también con las enseñanzas de la sra. María, de la Presidente del Movimiento, Sra,Cettina Marraffa, de Mons. Di Bruno y mi guía espiritual, don Luciano Palonbo. Su ejemplo de vida es una luz para mis pasos, y por esto agradezco eternamente al Señor.

Con el transcurrir del tiempo, el deseo de consagrar mi vida al Señor fue creciendo y más profunda la felicidad para que mi esfuerzo de abandonar mis pensamientos, dejándome guiar por la acción del Espíritu Santo, que me conduce por la Verdad. Ahora se que Dios Padre en su infinita bondad ha escuchado mi plegaria. El 6 de enero del 2006, Mons. Antonio Ciliberti, Arzobispo de Catanzaro-Esquillace, ha aprobado el Estatuto del Instituto Secular “María Made de la Redención” dentro del cual entré a formar parte el 26 de febrero del 2006, tomando profesión de fe temporaria. El Instituto, según la voluntad de la Madre de la Redención, está llamado a desenvolver dentro del accionar del Movimiento Apostólico el rol de sustento y estímulo hacia la santidad y la misión. Nosotras las hermanas laicas que nos dedicamos de manera prioritaria a escuchar y anunciar la Palabra mediante la evangelizacion y la catequesis, estamos llamadas a vivir la union con Cristo, continuando a desarrollar al mismo tiempo nuestras actividades habituales.

Quiera la Virgen María Madre de la Redención ayudarme a entregarme cada dia de mi vida a Jesús, porque El pueda moldearla con la Suya, y enviarme al mundo así como el Padre lo ha enviado a El.

Francesca Mazza

He conocido al Movimiento Apostólico en 1982 y gracias a las palabras de exhortación de La Inspiradora y Fundadora, sra. María Marino,-palabras que tocan el corazón e invitan a la conversión-,que mi fe se ha vuelto a despertar, profundizando en la Verdad. Desde entonces, abrazando la espiritualidad del Movimiento,he iniciado mi camino de fe en la Iglesia, particularmente dentro de la comunidad donde opero en comunion con el parroco.

En la primera mitad de los años 90, durante un encuentro del Movimiento Apostólico algo en mí cambió. Recuerdo las palabras que la sra. María nos dirigió durante la reunión. Decía que nacerían a la par de vocaciones sacerdotales, tambiém hermanas laicas. Sentí de aquella invitación una posibilidad real a tomar en mi vida. Puse aquellas palabras en mi corazón y lentamente maduró por aquellos años la conciencia de poner mi vida al servicio de Dios y de los demás, consagrandome enteramente al Señor.

Finalmente en febrero del 2006, en la Parroquia María Madre de la Iglesia en San Juan de Catanzaro, junto con cuatro personas fui consagrada en el Instituto Secular “María Madre de la Redención” durante una ceremonia religiosa presidida por S.E. Mons. Antonio Ciliberti, Arzobispo Metropolita de Catanzaro- Esquillace.

Invoco la ayuda de la Madre de la Redención, junto a su Hijo Jesús, a los Angeles y Santos, a fin de que custodien el camino que yo he tomado.

Anna Consoli Morrone

Imaginaba un Jesús lejano, quizas donde…, lo llamaba, lo buscaba. Hasta que un dia fui invitada por mi querida amiga Decisi de acercarme a una iglesia para asistir a la catequesis. Lo primero que observé fue la presencia de numerosos jóvenes, adultos, familias enteras. El Señor es grande en el Amor…-Antes de que se iniciara la catequesis se me acercó una mujer muy sencilla, hunilde, que me hizo regalo de su dulzura. Era la Inspiradora-Fundadora de Movimiento Apostólico, la señora María Marino. Me dirigio amablemente palabras evangélicas que me infundieron calma y mucha paz…pensé: ahora Jesús me ama!. Desde entonces comencé a frecuentar mi parroquia viviendo la espiritualidad del Movimiento. Hoy han pasado 26 años de aquél dia. He conocido a tantos hermanos en la fe, sobre todo a muchos jóvenes. Algunos de ellos descubrieron en el seno del Movimiento su vocacion sacerdotal,consagrándose al Señor por causa del Reino de Dios.

Agradezco y alabo cada dia al Señor, por el infinito y eterno Amor con el cual me asiste,haciendome conocer este carisma del Espíritu Santo, por la Iglesia y el mundo entero. Me doy cuenta que es verdaderamente bello vivir la Palabra de Dios y sus enseñazas. Pero hoy más que nunca debo decir gracias a mi Señor, por haber recibido de El un gran regalo: mi consagración en el Instituto Secular “María Madre de la Redención”, última obra nacida dentro del Movimiento Apostólico. En efecto el 26 de febrero pasado, junto a otras cuatro laicas consagradas, delante a S.E. Mons. Antonio Ciliberti, Arzobispo Metropolita de Catanzaro-Esquilache, hemos tomado nuestra profesion, manifestando la voluntad de consagrarnos a Jesús y a su Madre por toda la vida.

Yo le rezo a Ella, la Madre de la Redención, que todo lo puede, de ayudarme siempre a ofrecer a Jesús cada instante de mi vida por mi salvación, por el bien de la Iglesia y por la conversión del corazón.